PREMIO LA LINARES DE NOVELA BREVE
Se entregó el Premio La Linares de Novela Breve, 2016.
Constituidos como jurados, Carlos Ferrer (España), Iván Rodrigo-Mendizábal (Bolivia), e Iván Éguëz (Ecuador) para discernir el premio, recibieron 62 novelas. Leídos los trabajos se realizó una primera ronda de preselección donde se pudo apreciar un grupo de novelas que se consideraban de mejor nivel, tomando en cuenta la calidad de su escritura, su contenido, y los recursos novelísticos. En la siguiente fase de selección se convino en que no existía una novela que destacara nítidamente sobre otras ni que lograra alcanzar el estatuto de premio único. Sin embargo, destacaron con similar calidad las novelas: La sincronicidad azarosa de los trenes, presentada por el seudónimo Kim Yu; Los juguetes que perdimos en el camino, presentado por George Borewell; Adela, firmada por Tadeo.
El jurado, finamente, adjudicó menciones a la novela Adela, de Modesto Ponce Maldonado y a la novela Crow, de Luis Alberto Bravo.
Adela es la luz y sombra no solo del personaje que provoca la historia (un individuo en estado de coma) sino el mundo íntimo de quienes lo rodean en un permanente hilo reflexivo sobre el derecho a vivir y el derecho a morir. Novela, si se quiere, cruda y problematizante, cuyo final cierra la historia y abre la discusión obligando al lector a preguntarse sobre el tema. Podría decirse que es una novela psicológica, pero sobre todo una escritura basada en la introspección, bruñida, apelativa, casi inmisericorde.
La sincronicidad azarosa de los trenes tiene una estructura abierta, posmoderna, donde confluyen la non fiction, entrevistas polifónicas, disquisiciones estéticas y sincronías textuales sobre el tema central, todo lo cual confluye en la figura del pintor Crow, diseccionado desde numerosos puntos de vista, todos ellos necesarios para poder construir el personaje referencial. El final no es contundente, pero la obra merece el reconocimiento.





